Día de los Muertos

Hoy, noviembre 2 nos encontramos todavía en el Hogar Infantil porque el carro no quiere arrancar y mañana lo llevaremos al electricista (revisamos la batería y ese no es el problema). Este es el sitio perfecto para que el carro no quiera arrancar.
Los niños son encantadores: Anoche se disfrazaron para celebrar el Día de los Muertos y recibir premios por sus disfraces y baile. Sin embargo, durante el día el énfasis se puso en mantener la tradición de esta celebración. En la mañana fuimos al cementerio a decorar y poner flores en la tumba del fundador del Hogar, Nicholas "Nick" Anderson y en la noche la cena fue tradicional con: camote, manzanilla y calabaza en dulce, pan muerto y chocolate.
Hoy hicimos mas aviones de papel y ahora algunos árboles están decorados.
Dieter voló el avión eléctrico a pesar del viento. Como el mismo Dieter lo expreso: “Me sentí como se debió de sentir Charles Lindbergh cuando aterrizo en Le Bourget hace 81 años: los niños se aglomeraron alrededor del avión de tal forma que le toco volar alto para poder moverse.
Debido al viento, el vuelo fue un poco aburrido. Dieter no pudo hacer pases bajos por la turbulencia producida por los árboles del alrededor. Al ver a los chulos o “zopilotes”, Dieter decidió perseguirlos lo que, por supuesto, a los niños les encanto.
Tres niños de unos 10 años nos invitaron a la montaña y Dieter me comento como estos son “realmente niños” corriendo por la montaña con sus chanclas (nosotros nos pusimos botas), nos mostraron y advirtieron de las espinas en las plantas (¡terribles!), cortaron flores para mi, y en general se divergieron bastante. Al regreso, dos de ellos estaban cargando dos piedras lisas; cuando les preguntamos para que eran, nos respondieron: “para afilar los machetes.” No es broma, los hemos visto cortando el pasto a machete con gran destreza.
Tuvimos que decirles a los niños que debíamos trabajar de 1:00 a 4:00 para poder tener lista esta publicación. Ya veremos si lo logramos...