Siempre hay una primera vez: El jueves nos toco evadir una parada de policía. Unos minutos después de entregar los papeles de la frontera a un oficial Hondureño, otros dos policías nos hicieron parar y pidieron los papeles de nuevo. Cuando nos ofrecieron librarnos de una multa de 2.000 Lempiras por una supuesta multa decidimos que era una trapa, agarramos nuestros papeles y nos fuimos. Los policías no nos siguieron.
Esta es la primera vez que nos pasa en los 10.000 kilómetros que hemos recorrido y al igual que la historia de la frontera entre México y Guatemala les contaremos mas tarde con detalles lo sucedido.
El martes en la mañana dejamos Santa Ana, El Salvador y de la hospitalidad de Mario Álvarez con rumbo hacia las playas de El Salvador. Al llegar nos dimos cuenta que el acceso a la playa es totalmente privado (hoteles, restaurantes, casa de playa, por ejemplo); no hay forma de llegar a la playa y acampar. Miramos algunos hoteles en Playa Cuco y no nos gusto lo que vimos; después nos enteramos que no habíamos ido a la Playa Cuco sino solamente estuvimos en el pueblo. Continuamos hacia Playa Tamarindo y terminamos encontrando un muy buen sitio en Playa Negra (entre Playa la Tuna y Playa Blanca). El sitio se llama Rancho Villalta donde Juan y Luis, abuelo y nieto son los encargados. Esta encerrado, cubierto de palmeras tiene un salón central con baño y ducha y fácil acceso a la playa. El rancho tiene un aviso “se alquila parqueo en la entrada y podemos recomendarlo como un sitio tranquilo para acampar, aunque nos dijeron que en el fin de semana siempre hay gente. El área no parece recibir turismo internacional y es mejor traer todo lo necesario.
Pasamos dos noches en El Rancho antes de ir a la “famosa” frontera (El Salvador/Honduras) en El Amatillo, el cual se merece el nombre de mala reputación que tiene entre los viajeros. Esta es otra historia para contar una vez terminado nuestro viaje.
Por ahora, estamos en Tegucigalpa, capital de Honduras donde Emilio Canahuati nos recibió calurosamente. A cambio de estar de turistas decidimos “acampar” en su oficina la cual es segura y tiene Internet para hacer llamadas por Skype y ponernos al día con el blog. Después, iremos a la base aérea donde pasaremos el fin de semana con los pilotos del Club de Aeromodelistas de Honduras.
El campo de vuelo del Club, localizado en la base aérea, tiene una hermosa pista pavimentada rodeada de pasto y para alegría de Dieter una ladera perfecta para el vuelo de planeadores con espacio suficiente para aterrizar.
Emilio y sus dos niños mayores acamparon con nosotros el viernes en la ladera y el sábado bajamos al campo de vuelo donde con otros miembros del club hicimos asado, fogata y volamos en la noche. El domingo mucha mas gente vino a volar hasta que llego la hora de decir adiós. Regresamos a la oficina de Emilio para completar y terminar estas notas. Mañana, lunes vamos hacia Nicaragua la cual vamos a cruzar rapidito tratando de estar en Costa Rica el miércoles o jueves.
Monday, November 24, 2008
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