Saturday, August 18, 2018

Más Boyacá y Rumbo al Sur

El día que publicamos la última actualización del blog, 5 de febrero de 2018, fue el día en que comenzamos otra ronda en Colombia. Nuevamente pasamos un tiempo en Girardota, Antioquia. Visitamos amigos y conocimos visitantes de Eugene, Oregon quienes nos invitaron a visitarles en Eugene. Para sorpresa de todos nos estaríamos viendo en unos pocos meses.
Alto de la Linea

Iniciamos recorrido hacia el departamento de Boyacá en la cordillera oriental al norte de Bogotá. Al este de Medellín, primero nos detuvimos en Río Claro, lugar que no habíamos visitado antes. Estuvimos dos días allí y en general viajamos con calma. Por ejemplo, pasamos todo un fin de semana estacionados detrás del restaurante Juanito en Villeta, como esta abierto solo durante el día es muy tranquilo en la noche.
Así es como nos tomó nueve días llegar a Ráquira, un pequeña municipio en Boyacá famosa por su cerámicas. Esta ha sido una de las pocas ocasiones en las que decidimos pasar la noche estacionados en la plaza central de un pueblo.
Coffee Region

A poca distancia se encuentra la famosa Villa de Leyva, una trampa para turistas con arquitectura de estilo colonial, una gran plaza, y calles empedradas. Sabíamos en lo que nos estábamos metiendo, pero de todos modos decidimos quedarnos en las afueras en un sitio popular entre los overlanders. Desde ahí estábamos a una corta y fácil caminata al centro.
Villa de Leyva en sí es bonita, hecha para el turismo. Hay restaurantes, hostales y artesanías por todas partes; en general, eso es todo. ¿Dónde vive la gente local? Afuera del centro histórico, suponemos, porque al menos todavía hay un mercado local que ofrece gran variedad de productos, frutas y verduras locales una vez a la semana.
Sunset, Filandia Colombia

Queríamos ver la “verdadera” Boyacá, así que tomamos las carreteras secundarias a Garagoa, un pequeño pueblo que no (por ahora) esta en el radar turístico. Durante seis días y noches estuvimos en el Balneario Canahuay. Caminábamos hasta el pueblo que cuenta con un mercado local diario. Las "Arepas Boyacenses" hechas en parrilla al carbón son una verdadera delicia.
Un inmenso y espectacular árbol de Ceiba domina la plaza central que también cuenta con una escultura "interesante" (¿arte?, ¿kitsch?) de Mamapacha, la versión indígena de la madre naturaleza.
Un taxista local que contratamos por un día nos llevó por los pueblos cercanos. Él conoce caminos que no están en nuestros mapas impresos o digitales. Estos pequeños pueblos son típicos de la región y todos se aferran a las laderas de los Andes. Parecen tranquilos y auténticos, pero en realidad, una visita breve como la nuestra, puede simplemente ofrecer una visión de la vida en la región.
Nevado Santa Isabel, Colombia

Después dirigimos la Toyota hacia el sur, otra vez tratando de evitar Bogotá, en esta ocasión a lo largo de su perímetro occidental. Pasamos por Apulo y cruzamos el río Magdalena hasta Ibagué. Continuamos hacia el Eje Cafetero de Colombia lo que significo cruzar la Cordillera Central.
El trayecto de 70 kilómetros por el paso llamado Alto de la Línea nos tomó !siete horas! Demasiados camiones en una carretera demasiado estrecha con muchas curvas cerradas. En muchas de estas curvas, solo un camión grande pasa y sale a la vez, por lo que cada uno espera el paso del otro deteniendo todo el tráfico detrás de ellos.
Dada la gran cantidad de camiones, trancones largos se forman rápidamente en ambas direcciones. Sin embargo, como nos contaron, un día de estos es como ganarse la lotería porque usualmente el paso de la Linea toma de tres a cuatro horas.
Overlanders by horse

Eventualmente, llegamos a las ciudades de Salento y Filandia. Ambos atraen turistas que visitan la región cafetera de Colombia. A poca distancia de Filandia, nos alojamos en la Finca Steelhorse. La finca solía ser una caballeriza. En el presente esta renovada y dirigida por una joven pareja británica. Ellos están haciendo un maravilloso trabajo creando un lugar acogedor para overlanders como nosotros. El día que salimos, dos jóvenes Australianos llegaron de un largo viaje por sitios remotos usando caballos que habían alquilado en Steelhorse.
Mountain to Valley

Aproximadamente por estos días, reservamos un vuelo a los EEUU saliendo de Quito en Ecuador. Esto siempre cambia el carácter de los viajes, porque ahora hay un lugar fijo (aeropuerto de Quito) al que debemos llegar en una fecha fija (17 de abril).
Con un poco más de urgencia, fuimos a Cali a visitar a mi primo y reportar nuestro recorrido visita a Garagoa, tierra natal de su esposa.
Sky at Piedechinche, Colombia

A partir de ahí, fue un viaje de rutina, cruce de la frontera, encuentro con amigos alemanes en Ibarra y reencuentro con amigos ecuatorianos en Tabacundo.
Nuestra fiel camioneta Toyota se tomo un merecido descanso en Tabacundo mientras que pasamos dos meses haciendo algunos trámites burocráticos y visitando a mi tio y a muchos amigos en Oregon y California.
Macizo Colombiano

Finalmente, aquí hay un resumen rápido de nuestras impresiones de Colombia como viajeros en casa rodante.
Colombia es un país costoso para manejar carro, a pesar del cambio de dinero favorable (aproximadamente US$1 = COL$3.000). Además del seguro obligatorio SOAT, que puede costar alrededor de US$100 por tres meses, la gasolina y el diésel son comparativamente caros de US$3 a 3.50 por galón.
Hay puestos de peaje frecuentes, que generalmente cuestan alrededor de US$3. Por ejemplo, las tarifas de peaje entre Medellín y Bogotá, solo 420 kilómetros, suman unos US$30. A pesar de estas tarifas, las condiciones de las carreteras a menudo son malas aunque hay varias carretera nuevas. La marcha puede ser muy lenta con camiones pesados subiendo y bajando por las empinadas laderas de las tres Cordilleras.
No haremos comentarios sobre política, especialmente sobre el llamado Acuerdo de Paz con las FARC; el cual brindó al expresidente Santos un premio Nobel de Paz pero dejó muchas zonas del país en peor estado que antes.
De lo contrario, Colombia es muy popular entre los “overlanders” o viajeros por tierra. Colombia ofrece una gran diversidad, tanto escénica como cultural. La mayoría de los colombianos son muy amistosos, listos para ayudar y servir. Y eso hace que viajar por Colombia sea realmente interesante y agradable
Cotopaxi from Tabacundo, Ecuador

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